¿Cómo podemos querer más y mejor? ¿Por qué a menudo nos olvidamos de apreciar y dedicar tiempo a nuestros seres queridos? Muchos estamos inmersos en un tipo de vida rápida e inconsciente con largas listas de tareas pendientes. Sin darnos cuenta, lo urgente come terreno a lo importante. Pero hay opción B. Podemos ralentizar y poner el foco en lo que verdaderamente nos importa. Podemos priorizar y dedicar más tiempo de calidad a nuestros seres queridos, hacerles saber cuánto nos importan. Y pocas prácticas son tan efectivas como recordar la muerte para amar bien. La muerte es como un despertador que nos sirve para vivir una vida más consciente, más apreciativa, más amorosa. Al recordar que nuestro tiempo es limitado, dejamos de malgastarlo haciendo cosas insignificantes y nos centramos en lo que nos importa de verdad. Empezamos a apreciar más los momentos cotidianos y sencillos que compartimos con nuestros seres queridos. Dejamos de mirar a lo falta para centrarnos en lo que ya tenemos al alcance de la mano.